miércoles, 21 de enero de 2009

Última nota manuscrita de Proust (puede verse en alta resolución)


LOT 83

BILLET DE MALADE
[18 NOVEMBRE 1922]
PROUST, MARCEL

6,000-8000 EUR
Lot Sold. Hammer Price with Buyers
Premium: 21,150 EUR

DESCRIPTION

Un feuillet in-8 oblong (110 x 175mm) à l´encre noire.
Tache de bol de café.

« Céleste, Odilon peut partir dans 10 minutes, et rentrer vers 6h 1/2, 7 du matin. Approchez de moi la chaise ».
Au verso : « J´avais entendu fer au lieu de verre »

PROVENANCE

Céleste Alvaret

CATALOGUE NOTE
"À propos de ce billet reproduit dans son ouvrage Monsieur Proust (en annexe, p. 144), Céleste écrit : Sur le dernier en bas [celui-ci] il y a la trace du bol de café qu´il essaya de prendre en me disant : « pour vous faire plaisir à vous et a mon frère ». Il était à peu prés sept heures du matin. Il est mort à quatre heures et demi de l´après-midi. Cette trace de café n´a pas disparu".

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TRADUCCIÓN

Lote 83./Nota de enfermo/ 18 de noviembre de 1922/Proust, Marcel/ 6000- 8000 euros/Lote tasado por Hammer Price de Buyer/. Remate 21. 150 euros.

Descripción/ Una hoja en octavo, rectangular (110 x 175 mm, en tinta negra./ Mancha de un tazón de café./

“Céleste, Odilón va a salir dentro de diez minutos, y volver sobre las seis y media o siete de la mañana. Acérqueme la silla.” En la alta resolución se puede leer también lo tachado: “ cuando quiera”, en lugar de “dentro de diez minutos”)/ En el reverso: “había entendido hierro en lugar de vaso” (dos palabras que en francés tienen una fonética muy semejante).

Procedencia/ Céleste Albaret.

Nota de catálogo/ Acerca de esta nota reproducida en su obra Monsieur Proust (en el anexo, página 144) Céleste escribió. “Sobre el último, abajo, [este], hay la marca de una taza de café que trató de beber diciéndome: “para complacerla a usted y a mi hermano”. Eran, más o menos, las siete de la mañana. Murió a las cuatro y media de la tarde”. La mancha de café se conserva.

Lo anterior es reproducción y traducción del autógrafo de Marcel Proust subastado por Sotheby´s en Londres el día 16 del pasado diciembre, la referencia de contenido, procedencia y precio de remate. El tratamiento de alta resolución lo debo a mi informático preferido. Pierre Assouline lo comenta así en su blog :

« Regardez bien : ce sont les derniers mots tracés sur une feuille par la main de Marcel Proust. Même si l’on n’est pas bibliophile ni fétichiste, cela fait quelque chose".

¡Tiene razón Assouline!, no ser sentimental no implica ser insensible, y aunque no sea bibliómana ni fetichista este documento no es para mí poca cosa.

De los últimos días de Proust se sabe todo… y más. Al fin y al cabo Proust es un autor contemporáneo y a la hora de su muerte tenido en Francia por el más importante del momento. No sólo Céleste, Robert Proust, sus amigos, dan noticia de sus últimos días casi minuto a minuto. Muchos que se envanecieron, falsamente, de haberlo tratado cooperan plagando el suceso de datos morbosos inventados o inexactos.

 Celeste, inexorable con los biógrafos que por ligereza, vanidad o “gusto por lo literario” acogen y difunden inexactitudes acerca del escritor, es en esta ocasión más que seria solemne. He aquí sus palabras en su libro Monsieur Proust:
  Pero hoy, antes de que a mi vez deje este mundo, la idea de que pueda subsistir una duda y una falsedad sobre todo lo que yo he visto y que es la verdad, se me hace tan intolerable que quiero que quede dicho, una vez por todas, que, especialmente, las paginas que siguen (las relativas a los últimos días del escritor) son la exacta verdad de mi recuerdo, y que he suficientemente reexaminado, controlado y reverificado los hechos en mi memoria para tener la certeza de mi fidelidad absoluta a lo que ocurrió. Es un testamento lo que escribo aquí, no un testimonio.

 
No me gusta el aspecto sentimental o morboso que esto pueda tener, pero, ya que sale el tema, y no es un tema baladí, resumo aquí un calendario de los dos últimos meses de la vida de Marcel Proust. Mi aportación en esto es ninguna: cotejo varias biografías, descarto las informaciones criticadas por Céleste, y me atengo a las coincidencias. 


Tampoco me gusta el adjetivo “ejemplar”, pero al compilar estos datos cualquiera se siente asombrado y conmovido por la ejemplaridad, el esfuerzo y la responsabilidad de su obra que  impregnan  los últimos momentos del escritor.


SEPTIEMBRE
Los primeros días de septiembre de 1922 los síntomas de su enfermedad se hacen graves: intermitentemente sufre violentos ataques de asma, vértigos, y malestar que le impiden levantarse de la cama. Sus médicos le prohíben trabajar y le ordenan alimentarse, pero desobedece y sólo toma algo de fruta y leche. Antes de morir sólo dos veces va a salir de casa. A veces le cuesta hablar y se comunica mediante breves notas escritas, cosa habitual para él que casi siempre había escrito en la cama, incluso sin apoyar en nada el papel. Demasiado débil para escribir textos largos, dicta a Céleste, que los plaga de faltas ortográficas.


Desde mediados de agosto hasta últimos de octubre corrigió tres veces la copia mecanografiada de La prisonnière.
En septiembre,  trabaja mucho en unos extractos de lo todavía inédito para publicarlos uno, en Les Oeuvres Libres, y otro, con su editor de La Nouvelle Revue Francaise, dirigida por su gran amigo Jacques Rivière.


 Mantiene negociaciones con dos coleccionistas que quieren hacerse con el manuscrito y las pruebas corregidas de Sodome et Gomorrhe.


El 19 de septiembre intenta salir de casa, pero le fallan las fuerzas y tiene que regresar. Aquella noche dice a su gobernanta: “Céleste, la muerte me persigue de cerca. No voy a tener tiempo de terminar mi revisión y Gallimard la está esperando”.

OCTUBRE
A principios de octubre asiste, en casa de los Beaumont, a la última soirée de su vida de la que regresa con un principio de bronquitis.


Hace gestiones para apoyar la candidatura de Jacques Rivière al Prix Balzac. El 28 de octubre le comunican que el jurado ha rechazado la candidatura de Rivière, pero le coge tan enfermo que hasta el 2 de noviembre no escribe a su amigo para expresarle su pesar. Ese mismo día escribe a Gallimard diciéndole que, dado su estado, conviene que  mande imprimir las pruebas de La Prisonnière para que pueda corregirlas personalmente, también escribe a Duvernois, director de Les Oeuvres Libres. Que se sepa esas son las tres últimas cartas de Proust. En ellas se advierte su estilo de siempre y expresa el convencimiento de su muerte próxima.

NOVIEMBRE
A primeros de noviembre contrae la neumonía. Su médico y su hermano Robert intentan obligarlo a seguir un tratamiento y a ingresar en una clínica, pero se niega; ni siquiera acepta ser cuidado por una enfermera profesional: Sólo quiere a su lado a Céleste …”todos los que puedan obstaculizar mi trabajo encontrarán la puerta cerrada. Usted se quedará a mi lado y no me dejará ni un momento solo. Haga lo que le digo”.

Consciente de que estaba en el final, se acordó de sus compromisos y quiso ser gentil con todos. Hizo venir a Rivière para entregarle las pruebas corregidas de La Prisonnière y darle instrucciones sobre Albertine est disparue. Mandó flores como agradecimiento al médico y a León Daudet, hizo a Céleste algunos encargos para cuando muriese, entre ellos (por más que no hubiese sido seguidor del dogma católico) el de llamar al  Abate Mugnier “cuando haya muerto”; también le hizo prometer que impediría que le dieran tratamientos que prolongaran su momento final. Sus amigos acuden a visitarle, pero no puede recibir a casi ninguno. Su hermano Robert lo asiste asiduamente.

LAS ÚLTIMAS HORAS
El día 17 experimentó una crisis de falsa mejoría y dijo a Robert “esta noche voy a trabajar de firme. Celeste me ayudará”. “al menos dos de esos frutos han llegado hasta nosotros –dice Painter- . Uno es un texto escrito en un sobre, manchado de tisana, en caligrafía trágicamente alterada…”, pero no debe referirse a la nota que nos ocupa, ya que el biógrafo dice que se trata de unas frases para el final de Albertine es disparue. Hacia las tres de la madrugada llama a Céleste para dictarle unas adiciones .


En la madrugada del día 18 todavía estaba consciente y hacia las siete pidió a Céleste el café, “Para complacerla a usted y a mi hermano”, a que se refiere la nota subastada por Sotheby´s . El contenido de esta indica que es antes, a las seis, cuando había ordenado a su chofer Odilon que fuese a buscar  cerveza helada al Ritz comentando: “Como todo, también llegará demasiado tarde”.  Probablemente la nota que nos ocupa advierte a Céleste de esta salida de su marido. Los conocedores de la vida de Proust se dan cuenta de que esta actividad nocturna no está relacionada con la enfermedad, sino que continúa sus hábitos de siempre: acostarse por la mañana, levantarse al atardecer, vivir y trabajar durante la noche.
Poco después de las cuatro de la tarde de ese día, sabado18 de noviembre de 1922, Proust dejó de existir.

Y basta con esto. Sólo dos citas: la de Léon Daudet* jamás tanta bondad estuvo acompañada de tanta inteligencia, y el cierre del relato de Céleste que envuelve también una cita de Proust:
… vi, de pronto, el escaparate de la librería que estaba cerca de casa en Rue Hamelin. Brillaba de luz y, tras el cristal estaban las obras publicadas de Monsieur Proust colocadas de tres en tres. ….tuve como un deslumbramiento pensando en la página de su libro donde habla de la muerte de Bergotte el escritor: ”Fue enterrado. Pero, toda la noche fúnebre, en los escaparates iluminados, los libros, dispuestos de tres en tres velaban como ángeles con las alas desplegadas y parecían, para aquel que ya no estaba, el símbolo de la resurrección”.


* Edito: Soy escrupulosa con las citas; en su momento debí tomar esta de Painter o quizá mi nota estaba mal. Quien escribió esto fue Georges de Lauris en 1923: "je songe que, peut-être, jamais tant de bontè n´acompagné tant d´intelligence". Hommage à Marcel Proust. Gallimard p.47

Sevilla enero 2009

 









sábado, 17 de enero de 2009

Proust y la tecnología


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Para navidades he recibido un curioso regalo de alguien que me quiere: un vistoso cuadro abstracto, único porque sus trazos son retazos digitalizados de mi ADN. Acompañado de una cita de Marcel Proust, Lo que los artistas llaman posteridad es la posteridad de la obra de arte. Es decir, no hay posteridad del individuo, sólo de su obra artística.

Así el irónico donante enmienda la plana al autor y a la admiradora: resulta que la posteridad real y la obra de arte pueden ser la misma cosa en este tiempo nuevo. Da qué pensar.