jueves, 13 de febrero de 2014

Off-topic: Zola. III


Zola en la Recherche.

Lo cierto es que ignoro si hubo una relación personal entre Proust y Zola. ¿llegaron a tratarse? Creo que no. En la Cronología que forma parte de la Introducción General de mi edición de referencia de La Recherche, donde puede encontrarse puntual referencia de todos los acontecimientos personales y culturales de la vida de Marcel Proust, sin que falte data del  menor acontecimiento (viajes, asistencia a espectáculos y exposiciones, momentos en que se establecen o rompen relaciones personales y sociales ) sólo se menciona su relación indirecta con ocasión del proceso a Zola. Tras la parición en prensa (L´Aurore), el 13 de enero de 1898, del famoso panfleto de Zola Lettre au président de la République Felix Faure, requisitoria memorable conocida bajo el nombre de  J´Accuse!, que ya había sido precedida de otros dos, Carta a Francia y Carta a la juventud, el 14 aparece en el mismo periódico una petición de intelectuales que se solidarizan con Zola demandandado la revisión del proceso Dreyfus y entre los firmantes Proust quien había obtenido también la firma de Anatole France y fracasado en conseguir la de otros conocidos. (1) Zola es procesado a petición del ministro de guerra el 17 de febrero y las sesiones del juicio son públicas  y duran hasta el 23. Proust asiste a ellas y está convenido (el Mismo Proust lo cuenta en Jean Santeuil) que lo que en La Recherche se dice del vivo interés con que las sigue  Bloch refleja la experiencia del propio Proust durante el proceso.

Zola, condenado el 27 de febrero, pagó su intervención en el caso Dreyfus con su tranquilidad, su trabajo, su fortuna, su situación social y con las dignidades que gustosamente había aceptado: desposeído de la Legión de Honor, condenado a tres mil francos de multa y un año de prisión que tras varias peripecias judiciales le fue conmutada por destierro, abandonó Francia y se exilió en Inglaterra por más de un año.  Proust en noviembre vuelve a firmar otra petición a favor del coronel Picquart en prisión desde hacía cinco meses. Luego sigue con su vida, sus lecturas, sus viajes y las primeras preocupaciones serias por la salud de su madre. El final del Caso Dreyfus en 1906 lo coge en plena crisis de duelo por la muerte de Mme. Proust y su melancolía apenas concede interés a otros hechos. Es un año muy triste para él: Ah! Quand refleuriront les roses de septembre! 

En La Recherche Zola aparece como objeto de conversaciones, nunca presente. A continuación las menciones más extensas.

  II. 530/694
 En el salón de Guermantes Bloch trata de sonsacar a M. de Norpois acerca del Caso Dreyfus y los asistentes manifiestan las posturas representativas de su ideología antisemita y sus intereses políticos mezclados en una discusión frívola. Se aprovecha para hacer un censo de las opiniones de los estamentos aristocráticos, políticos y militares y para describir el entusiasmo de Bloch (es decir, de Proust).

Bloch había podido, gracias a un abogado nacionalista que conocía, asistir a varias audiencias del proceso Zola. Llegaba por la mañana, para no salir hasta la tarde, provisto de sandwiches y un termo de café, como a una oposición o al examen de bachillerato, y este cambio de hábitos despertando la exasperación nerviosa que el café y las emociones del proceso elevaban al colmo, salía de allí tan enamorado de todo lo que había pasado en la Audiencia, que a la tarde cuando volvía a casa quería volver a zambullirse en el hermoso sueño y corría a reencontrarse en un restaurante frecuentado por los dos bandos, con los amigos con los que volvía a hablar sin fin de lo ocurrido durante el día y reparaba con una cena, encargada en un  tono imperioso que le daba la ilusión de poder, el ayuno y el cansancio de una jornada comenzada tan temprano y en la que no había almorzado.   

II. 694

La Duquesa encuentra el tema cómico y aburrido:

- En el caso de que el tal Dreyfus sea inocente, eso no cambia nada. Qué cartas tan idiotas y enfáticas escribe desde su isla! (2) Yo no sé si M. Esterhazy es mejor que él, pero tiene otro chic en la forma de componer la frase, otro color, cosa que no debe gustar a los partidarios de M. Dreyfus. ¡Qué mala suerte para ellos no poder cambiar de inocente! Todo el mundo se echó a reir.

También en II.787 y 789, en el mismo salón, se mantiene una conversación animada sobre literatura y escritores. A propósito de lo feo.

-No, Oriane, dijo Mme de Brissac, no detesto a Victor Hugo porque tenga ideas, muy al contrario, sino por buscarlas en lo monstruoso, en el fondo es él quien nos ha acostumbrado a lo feo en literatura. Ya hay bastante fealdad en la vida. ¿Por qué, al menos, no olvidarlas mientras leemos?
-¿Victor Hugo no es, por lo menos, tan realista como Zola? Preguntó la Princesa de Parma
- Pero Zola no es un realista, señora, es un poeta, dijo Mme de Guermantes inspirándose en los estudios críticos que había leído en los últimos años y adaptándolos a su genio personal
- ¡Zola un poeta!
[………………………………………………………………………………………………………………………..]
- ¡Oh, sí! Respondió riendo la duquesa [……]. Note Vuestra Alteza cómo magnifica todo lo que toca. ¡Me diréis que precisamente no toca más que…lo que “hace feliz” (3) pero hace algo inmenso: domina el estercolero épico! ¡Es el Homero de la letrina! No tiene mayúsculas suficientes para escribir le mot de Cambron.
- ¡Lo escribe con una C enorme! Exclamó Mme de Arpajon
- Más bien con una M mayúscula, querida, respondió Mme de Guermantes.

Y más adelante, en página 790, se menciona a Zola como autor de un estudio sobre Elstir, también juzgado negativamente por el grupo de Guermantes.

En lII.144 se enumera una serie de contertulios dreyfusistas en el salón Verdurin y el narrador comenta como Mme Verdurin se había dejado ver en el proceso al lado de Mme Zola, por mero interés social.  En 278  acerca del salón Verdurin, la señora de la casa se lamenta interiormente de que su salón dreyfusista no le hubiera reportado alguna recompensa mundana. Sin embargo el dreyfusismo triunfaba políticamente pero no socialmente y Labori, Picquart y Zola seguían siendo para la buena sociedad una especie de traidores.

En 346 el académico Brichot hace un juicio bizarro acerca de los  jóvenes intelectuales que Adorando el arte con mayúscula, cuando no les basta alcoholizarse con Zola, se ponen inyecciones de Verlaine. Convertidos en eterómanos por devoción de Baudelaire, ya no serían capaces del esfuerzo viril que la patria puede pedirles cualquier día.  

El último juicio que se vierte en La Recherche coincide con una sospecha un tanto extendida en el momento, y que Paul Alexis, amigo y biógrafo, no rechaza. He aquí los dos textos.

  III. 550.
Un contertulio de los Guermantes insinúa una posible actitud interesada en la participación de Zola en el Caso Dreyfus  (nótense las formas coercitivas “habría querido tener”, “hacerse condenar” y “hacerse arrestar”) 

-    Parece que Cartier dice que si M. Zola había querido tener un proceso y hacerse condenar ha sido por experimentar una sensación que aún no conocía: hacerse arrestar.

Paul Alexis. Notes d´un ami. 1882 (4)
Las razones que le hicieron entregarse por completo a esta empresa azarosa de la liberación y rehabilitación de Dreyfus no tienen nada de raro, nada de vergonzoso. De entrada, el interés personal, el lucro, han de ser descartadas. La pluma de Zola no estaba en venta [………………]
Seguramente  no fue indiferente a la esperanza de la victoria, y su espíritu ambicioso y dominante fue presa de una ambición de triunfo. Se vio como Voltaire defendiendo a Calas, objeto de un entusiasmo general. Pensó que podría conocer una celebridad distinta de la proveniente sólo de la obra literaria. Un modo de entrar en la gran popularidad El pueblo, hacia quien hasta entonces había testimoniado una desconfianza desdeñosa de hombre de letras, vendría a él, y él iría al pueblo. Tomaría contacto con esas masas profundas de la nación, de las que se había mantenido aparte. Todos los ciudadanos desconocidos de los que no había compartido las pasiones ni comprendido los odios, le tendería sus manos sucias y rudas. Su nombre, conocido pero poco celebrado en los medios republicanos, sería aclamado por la multitud exaltada de los mítines. Convertido en el igual de los más ilustres campeones de la democracia, sería objeto de honores electivos. ¿Pensó en su personaje Eugène Rougon? ¿Quién puede saberlo? ¡Quizá entrevió como posible y próximo, el senado, un ministerio, el Elíseo!
Victor Hugo había debido a su lucha testaruda contra el Imperio, a su proscripción, a su soberbia, a su actitud de de enrocamiento una aureola de gloria que Nuestra Señora de París
La Leyenda de los Siglos o Marion Delorme no habrían hecho brillar tan amplia sobre su frente. Es verosímil que Zola experimentara el deseo, a la vez que servía a la causa de Dreyfus, de jugar un papel importante en los asuntos de su tiempo, de ser algo más que un hombre de letras en el que siempre hay algo de juglar público y de narrador de cuentos de dormitorio de cuartel. ¿Se sintió atraído y halagado por la idea de convertirse en un hombre de acción, conductor de multitudes, uno de los pastores del rebaño humano? Ambición legítima por otra parte y lícita ascensión, aunque en realidad el cálculo fue erróneo, si admitimos que hubo cálculo y no sólo arrebato de meridional, frío en la superficie, pero con ardiente y concentrada fiebre de ligur, igual que Bonaparte.
Zola, intentando esta baza azarosa sobre el tapete de la suerte jugaba a ganar o perder. Desgraciadamente ganó.


Así está presente Zola en La Recherche: en perspectiva, nunca en primer plano. Es un elemento del conjunto en la mirada de  otros personajes sobradamente caracterizados para que el lector establezca las interrelaciones pertinentes y sitúe al autor de los Rougon-Macquart en el contexto sociopolítico y cultural del momento En este asunto el Narrador no emite un juicio, se distancia, es irónico incluso en aquello que se sabe que le concierne, su participación en el proceso a Zola, atribuyendo a Bloch, (judío, arribista, ridículo y éticamente sospechoso) el apasionamiento por el mismo. Pero aunque el estilo de plano general sirva para encuadrar un escenario del que la mirada abarca el conjunto, aquí el objeto  no se diluye  en aras de una significación más amplia. En los planos generales que acabamos de ver el personaje Zola no pierde su singularidad: los datos del contexto textual y extratextual llenan sus apariciones de valores significativos y dramáticos.


Cuántas transparencias! Uno se queda sin saber la opinión que a Proust le merecía Zola. Hay que tener en cuenta que Le Côté de Guermantes no se publica hasta 1920 y Sodome et Gomorrhe hasta 1922 tras sucesivas remodelaciones. El Caso Dreyfus quedaba lejos, terminado en 1906 en unas componendas que causan desdeñosa decepción en Proust. Puede haberse producido un cambio de actitud en su interés y  valoración respecto a Zola. ¿Hay algo más tras este distanciamiento final? Además de señalar “el estado de la cuestión”, dar una pincelada más a la caracterización de los personajes que pueblan los salones, ¿Hay algo más? ¿Como fondo, hay un juicio implícito acerca del autor de los Rougon-Macquart? ¿Lo que se dice en broma se asienta sobre un juicio serio? La ironía de Proust muchas veces resulta insondable.


Dos curiosidades del hipertexto.

 Una: en la aldea de  La joie de vivre  (1884) hay una casa que se menciona como "La maison de la tante Léonie".
Y una más, la Correspondencia de Zola me ha proporcionado una sorpresa: saber que ha visto y descrito el paisaje de Illiers. 1886, en carta a Henry Céar, Zola, que viaja investigando en busca de localizaciones para ambientar La Terre, escribe esto:
Querido Céar, tras una jornada casi inútil pasada en Chartres, estoy aquí desde ayer. He encontrado el rincón de tierra que necesitaba. Es un pequeño valle en el cantón de Cloyes entre el Perche y la Beauce sobre el límite mismo de esta última. Añadiré un riachuelo  -que por otra parte existe-  que desemboque en el Loir; aquí tendré todo lo que necesito de la grande y la pequeña propiedad agrícola, un punto central muy francés, un horizonte típico bien caracterizado, una población alegre, sin dialecto. En fin, lo que había soñado […………..],  esto va a llevarme unos días, pero regresaré con toda la documentación, preparado para ponerme a trabajar. Y ya está. Un tiempo maravilloso, una comarca encantadora  - no me refiero a la Beauce, sino a las orillas del Loir-……….

Y otra imposible de satisfacer: ¿qué habría opinado Zola de Proust? el autor de Los Rougón Macquart murió en 1903, diez años antes de la publicación del primer volumen de La Recherche. Quince años más de vida y sin duda habría echado su cuarto a espadas sobre un un conflicto estético, un mundo y una lógica tan distintos de los suyos.
Seguramente algún comparatista se habrá apoderado del tema, pero no es lo mismo...




1.En  extenso y documentadísimo trabaj o crítico ,  Edmond  Lepelletier, contemporáneo de los hechos,  cita como “notables intelectuales y libertarios” firmantes de la petición  a Anatole France, Monod, Psichari, Mirbeau, Sbastián  Faure y otros. El nombre de Proust no aparece. En 1898 P. no era relevante, 

2.La Isla del Diablo en la Guayana francesa a la que Dreyfus fue desterrado

3. o “lo que da suerte”. Se inicia aquí un juego de palabras: Pierre Cambronne fue un general de Napoleón .Instado a rendirse por los británicos en la batalla de Waterloo , respondió  tan enérgica como concisamente: Merde !  Aunque él negó siempre esta anécdota la palabra hizo fortuna en la lengua y la literatura francesa, mencionada como “le mot de Cambronne”  eufemísticamente y como interjección para desear buena suerte a quien va a enfrentarse a un examen o a un estreno teatral. Eufemismo del eufemismo es lo que emplea aquí la duquesa de Guermantes y a le mot de Cambronne y su significado directo se refieren esa C y esa M que aparecen en el diálogo. El término se hizo internacional. En España también se usa…sin eufemismo para desear suerte en análogos trances.

4.Henri Céar. Aix-en Provence 1847, Triel 1902 .Novelista,dramaturgo y periodista. No sólo coterráneo y coetáneo de Zola, sino amigo y colaborador, Perteneció junto con él, Karl Huysmans, Guy de Maupasant y Léon Hennique al Grupo de Medan. Es interesante la objetividad de esta biografía, dada la estrecha relación entre ambos autores y haber sido publicada en vida de Zola. 


Sevilla, febrero 2014

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jueves, 6 de febrero de 2014

Off-topic: Zola. II

II. Experta en manejar ladrillos

Lo de los ladrillos me lo dicen a veces ironizando no sé si sobre mis lecturas o mi modo de hacerlas…  lo de experta lo digo yo para dar la vuelta al peyorativo.

Antes de enfrentarme a las significaciones y peripecias vitales de toda la parentela Rougon-Macquart, en los 20 volúmenes y (dicen quienes los han contado) más de 2000 personajes, tuve claro que el trayecto necesitaría de balizas, así que preparé una metodología que agilizase la lectura. Veo difícil no desorientarse alguna vez a lo largo de este camino interminable. Y  tener que desandar, para recuperar un dato o una clave inadvertida, al azar de pasar páginas sería trabajo de Sísifo. También pensé que me gustaría una cierta libertad a lo largo de la lectura para seguir mis centros de interés, sin desvirtuar los valores argumentales de lo que, al fin y al cabo, es una novela.

Por eso los esquemas–resumen que menciono en la entrada anterior: el histórico es de fácil consulta. Para la distribución de personajes en las distintas novelas he visto algunos  en la red, pero  tienen carencias y errores de bulto. El primero que menciono, el Cuadro genealógico patológico de los Rougon-Macquart,  es clave para tres cosas: comprender el desarrollo de la  teoría general de la obra, poder refrescar en cualquier fase de la lectura la constitución psicología que caracteriza a cada personaje y mueve sus acciones y, a la vez, crear un orden de lectura que supere la sucesión editorial, según las elecciones de lector. Es decir, permite leer siguiendo en un eje sincrónico las actuaciones de los R. M. cuya reacción psicológica al condicionamiento del medio es lo que revela la sociología de un momento histórico tal como pretendió el autor. O conocer sin interrupción la evolución de los sobresaltos biológicos de una rama genealógica, de principio a fin… y,  finalmente, liberar los centros de atención del lector de la tiranía lineal de los bloques narrativos

Me detendré un poco más en esta guía. Yo comencé a hacerla al hilo y ritmo de la lectura, pero a medida que avanzaba se iba ampliando, ampliando, las conexiones enmarañando, enmarañando…además no me proporcionaría lo que buscaba hasta ser completado y, por tanto serviría mal a la utilidad que le pretendía, así que lo dejé en suspenso y recurrí a otro truco que luego cuento. Al fin encontré en la red un esquema muy bien sintetizado que sirvió perfectamente a mi propósito. (1) Tengo que lamentar que este instrumento tan útil esté presentado en internet como un hijo sin padre conocido y que quien lo copia, y de quien lo copio, aun dando a entender que no es suyo, no cite al progenitor. Muchas gracias a ese desconocido.

El  truco un poco tramposo a que me refería es que en cuanto la fronda del árbol Rougon-Macquart  empiece a complicarse en exceso para las memorias débiles, el lector  despistado introduzca la lectura de Le Docteur Pascal, la última novela de la saga.  Aunque ya previamente el propio Zola, que no daba puntada sin hilo, fue consciente de la necesidad de proporcionar antes del final un mapa de la selva genealógica al lector que quería fidelizar, una garantía en la continuidad de las ventas a su casa editora y a sus críticos una justificación y lo hizo publicando en 1878 el árbol genealógico previsto como cierre y conclusión final del conjunto. En Le Docteur Pascal lo recapitula y lo explica todo: los fundamentos científicos de sus teorías, la descripción de la mezcla genética que configura la psicología, la salud y las actuaciones de cada personaje y la caracterización sociopolítica del momento en que desenvuelven su actividad. También ordena el caos: presenta el famoso árbol genealógico, recoge a momento final el estado de algunos miembros de la dinastía, cuyo destino no se había especificado, mata a casi toda la primera generación Rougon-Macquart , cierra con la muerte de la más que centenaria demente Adelaïde Fouque, primera portadora de la tara genética y  deja abierto el futuro con la esperanza de un niño que va a nacer, una especie de mesías (¿o de anticristo?) hijo ilegítimo de tío y sobrina, ambos Rougón Fouque y libres de la tara.
Bueno, pues si una vez avanzada la lectura el explorador se siente desconcertado puede hacerse esa trampa introduciendo esta obra en cualquier momento de la antiepopeya. Eso sí, a costa de perder la virginidad de receptor de la ficción, cosa que no le ocurrirá si usa la esquematización mencionada. He aquí lo que el propio Zola  explica al respecto.

El árbol genealógico de los Rougon-Macquart marca para mí las líneas maestras, sin permitirme desviarme a derecha ni a izquierda. Debo seguirlo estrictamente, es al mismo tiempo mi fuerza y mi regulador. Todas las conclusiones están previstas. Eso es lo que he querido y eso es lo que he hecho.

Me queda declarar que sólo las circunstancias me han hecho publicar el árbol en Una página de amor, esa obra íntima y de medias tintas. Tenía que haber sido añadido sólo en el último volumen. Ocho se han publicado ya, doce están todavía en obra: por eso la paciencia me ha faltado.

 Más adelante lo volveré a publicar en cabeza del último volumen, donde hará cuerpo con la acción.  En mi plan, el árbol es el resultado de las observaciones de Pascal Rougon, un médico miembro  de la familia, que protagonizará la novela final, conclusión científica de toda la obra. El doctor Pascal la iluminará entonces con sus análisis de sabio, la completará con  informaciones precisas que yo he debido ocultar, para no desflorar los episodios aún no publicados. El papel natural y social de cada miembro será reglado definitivamente y los comentarios quitarán a los términos científicos lo que tienen de bárbaros. Por otra parte los lectores pueden a esas alturas hacer una buena parte de este trabajo. Sin indicar aquí todos los libros de fisiología que he consultado, citaré solamente la obra del Doctor Lucas: “La Herencia Natural”, en el que los curiosos podrán ir a buscar  explicaciones sobre el sistema fisiológico que  me ha servido para establecer el árbol genealógico de los Rougon-Macquart.

Por ahora pretendo simplemente probar que las novelas por mí publicadas desde hace casi nueve años, dependen de un vasto conjunto cuyo plan ha sido elaborado todo a la vez y previamente y que se debe, en consecuencia, aun juzgando cada novela aparte, tener en cuenta el lugar armónico que ocupa en el conjunto. Entonces podrá juzgarse mi obra más justa y ampliamente.


Ya se ve: hasta el propio autor cree que se necesitan herramientas para enfrentarse a los Rougon Macquart, eso sin contar que para explicarse él mismo necesita un libro- prólogo, La Fortune des Rougon, y, como queda dicho, otro libro-epílogo cuyo plan incluso tiene que adelantar.  Que el lector se arme de paciencia.



1.

Dar al esquema un paseíto por Photoshop lo hace más útil; en tamaño A4 y con una simple clave de color permite consultarlo de un vistazo

Sevilla, enero 2014

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